viernes, 27 de junio de 2008

Coquí Coquí


El coro de las ranas estaba listo. Esa noche, cuando saliera la luna, estrenarían sus canciones de verano. Sarita, la rana profesora, comenzó el último ensayo…¿Qué estaba pasando? Un montón de animales marrones, parecidos a las ranas y con corbatas, se metían entre las demás, diciendo:
-Coquí, coquí, queremos cantar aquí.
-Éste no es lugar para ustedes, éste es el coro de las ranas verdes- dijo Sarita asustada- justo en el momento que más ranas marrones, pero con una flor en la cabeza, también decían:
-Coquí, coquí, queremos cantar aquí.
-Éste no es lugar para ustedes, éste es el coro de las ranas verdes- repitió la rana profesora y dio orden de empezar el ensayo.
Fue entonces que las canciones salieron mejor que nunca. Los raras ranas marrones cantaban con las demás y lo hacían maravillosamente y …desobedeciendo a Sarita. Ella, enojada, les dijo:
-Aquí mando yo.
-Eso es muy cierto, eso es verdad. Llamamos chicas con un co-co - dijeron los de corbata.
-Y si algún otro quiere venir, nos avisamos con un quí, quí.- continuaron, apoyados y aplaudidos por las chicas de la flor en la cabeza.
¿Qué podía hacer la rana? Si las echaba, se perdía un éxito y si los dejaba, su autoridad no se respetaría. Menos mal que llegó Rosita, la rana vieja y sabia y le dio un consejo al oído…
Entonces Sarita decidió:

-Si ustedes quieren cantar, quiénes son, de dónde vienen, me lo deben explicar.
Los bichos marrones, enseguida le entonaron a coro:
-No tenemos plumas ni picos, somos ranitas de Puerto Rico.
-Cantamos bien todas las canciones, somos las bellas ranas marrones-concluyeron.
Rosita entonces quedó satisfecha con la explicación…Ahora podía darles permiso para participar.
Esa noche, el sapo locutor anunció:

-GRAN ACTUACIÓN DEL CORO DE RANITAS VERDES Y SUS AMIGAS, LAS COQUÍES DE PUERTO RICO.
Salió el coro completo, formado por las simples ranas verdes de laguna y sus nuevas amigas. Para distinguir los señores ranas de la las señoras ranas, ellos se pusieron sombrero de copa y ellas un moño violeta. Con las corbatas rojas y las flores amarillas de las coquíes hicieron un conjunto espectacular. Tanto como las canciones que cantaron.
La luna y las estrellas escucharon con asombro tan bellas canciones y como hacía falta agua, para que todos tomaran y los botes pudieran navegar, llamaron a las nubes de tormenta.
Esa noche, luego del concierto, cayó una lluvia mansa, pero no muy abundante. Por la mañana salió el sol. Plantas y animales, recién lavados, lucían espléndidos. Además, todos encantados con el concierto coral de las ranas verdes y marrones. Pidieron a Sarita que lo repitiera y a la noche siguiente la función se repitió...¡Salió todavía mejor!¡Cómo aplaudieron todos! El coro tuvo que firmarles autógrafos a los admiradores y por suerte, nuevamente cayó la lluvia mansa…
El peligro de sequía se fue lejos y un montón de niños pudieron jugar sobre el césped limpio, andar en bote y saludar a las ranas ¡Fue un verano inolvidable!


Cuento : María Alicia Esain

Ilustración: Teresa Ramos Chano

martes, 24 de junio de 2008

Es un secreto


Hace tiempo, panza arriba,
descansaba una botella
en esa raya plateada
donde cielo y mar se encuentran.

La botellita flotaba
(¿qué otra cosa podía hacer?)
cuando la vio un pez aguja
que iba tejiendo al crochet.

Tenía adentro un papelucho
ya tostado por el sol:
el pez dejó su tarea
y, curioso, lo leyó.

Algunos le preguntaron
qué tenía escrito el mensaje.
–Es un secreto –les dijo
y siguió cosiendo el traje.

¡El pez aguja se burla!
pensó el pez globo, ofendido.
–Yo también quiero leerlo,
después vuelvo y se los digo.

Se infló como una pelota
y subió a la superficie.
Ahí estaba la botella
en la húmeda planicie.

Cuando entendió qué decía
cayó para atrás redondo
y largó una carcajada
que lo empujó hasta lo hondo.

–¿Pero qué dice el mensaje?
preguntaron los amigos.
–Es un secreto –contó
y huyó como había venido.

–Si es un secreto tan grande
lo queremos develar.
Vamos todos a leerlo,
¡que se sepa la verdad!

Allá fueron en patota
a descubrir el misterio.
“Es un secreto” decían
cuando volvían de leerlo.

---

Los marineros relatan
que aún se ve la botella
con una mitad mojada,
con la otra parte seca.

Y dicen que si un cardumen
nada todo para un lado
es porque va a conocer
ese mensaje encerrado.

Los peces no mienten nunca,
lo que dicen es verdad:
“ES UN SECRETO” está escrito
en la botella del mar.



Poesía : María Laura Dedé

Ilustración : Wonky


jueves, 19 de junio de 2008

La vaquita


La vaquita de San Antonio
no tiene manchas ni lleva moños
solo pintitas que colorean
un poco más, la primavera

Pedí un deseo, a ver si vuelo,
a ver si cumplo con lo que pedís
con aquello que guardas en tu alma,
con eso que crees imposible

Soña despierto, volá conmigo
y no te olvides si estás herido,
tomarme en tus manos, pedir un deseo
soñar todo aquello que es verdadero

Confiá en mi vuelo
confiá en mi ser
porque tu deseo
voy a defender

Y quizá mas tarde, otra primavera,
entre tus manitos me vuelvas a ver
traeré de regalo tu sueño cumplido,
tu brillo en los ojos y luego me iré...

La vaquita de San Antonio
no tiene manchas ni lleva moños
sueña volando
vive viajando
mientras un sueño
la está esperando...




Poesía : Coni Salgado

Ilustración : Elena Ospina

domingo, 15 de junio de 2008

Romance de la niña bola


En una casa cuadrada
vive una niña redonda
redonda de redondeces
de pies de manos de cara

Juega con aros la niña
con muñecas, con guirnaldas
por ser cuadrados los dados
a la niña no le agradan

Su sonrisa es una curva
iluminando su cara
y en sus ojos se distingue
el color de la avellana

Como rueda de fortuna
gira la niña mimada
la gordita gira y gira
rueda sobre sus pisadas



Poesía : Ninah Basich

Ilustración : Luciana Feito

jueves, 12 de junio de 2008

Desconsuelo



-¿Qué fue de aquel caballito

al que trajo la corriente?

-Se enamoró de repente

de una nereida engreída.


Meciéndose conversaban

las vecinas en el pueblo,

al que quitaban el sueño

con los chimentos del mar.


-Después le dio por nadar

y buscar a la que amaba

que entonces ya se encontraba

en un carruaje real.


Disgustada lo miró

con desdén por la ventana,

sin pena por la lejana

historia de amor fugaz.


-¿Ya no te acordás de mí?

Vine a verte, te extrañaba.

En cardumen recordaba

solo tu imagen pasar.


Tantos collares de perlas,

esmeraldas y topacios

que encontré en viejos naufragios

en noches de soledad.


-Creo que seré Duquesa,

o tal vez Emperatriz.

Solo esto me hace feliz.

¡Nunca vi. tanta riqueza!


Bueno, me voy pero espero

que no cambies de opinión,

porque no habrá otra ocasión

en que volvamos a vernos.



Triste, triste decepción

me dieron estos parajes.

Mujer rodeada de pajes

que olvidó su condición.


Hipocampo atormentado

huye de corazón helado.

Húmeda casa lo espera

tras el timón de madera.


Por un tiempo los rumores

de nereida y sus fulgores

surcaron playas gigantes

con cuentos amenazantes.


Hoy son solo una leyenda,

nadie sabe si pasó.

Fiel hipocampo recuerda

porque el mar ya la olvidó.






Poesía : Cecilia Maurig

Ilustraciones : Sandy Glu

sábado, 7 de junio de 2008

Inocencia



Era tan grande la casa que un día el niño simplemente desapareció. Lo buscamos en todas las habitaciones, recorrimos los largos pasillos, miramos en las terrazas, en los balcones; en las criptas y las catacumbas; incluso en los jardines que tan vivaces se extendían tras los muros. Al fin, pasadas varias noches, tal vez semanas, cesamos nuestra búsqueda infructuosa, resignados a la fatalidad.

Era tan grande la casa que años después, muchos años después, por una de las tantas escaleras, jugando con su pelota roja, el niño simplemente reapareció. Miró en nuestros ojos la vejez y las lágrimas, y sin desdibujar su sonrisa de niño, preguntó quién podía prepararle una taza de chocolate caliente.


Texto : Sebastián Barrasa

Ilustración : Fernando Linares

miércoles, 4 de junio de 2008

El perro y el gato


Había una vez un perro y un gato que eran vecinos y siempre se peleaban. El perro se llamaba Sun y el gato Moon.
Un día al perro Sun se le ocurrió la idea de irse de campamento. Armó un bolso con su carpa, las estacas, una lona y una linterna. También preparó una canastita con comida para perros mientras movía la cola alegremente.
El gato Moon, al ver al perro tan feliz preparando su bolso, también quiso ir al mismo campamento. En su mochila puso una bolsa de dormir, comida para gatos y un libro para leer a la noche.
El perro llegó primero muy contento y armó su carpa, puso las estacas y se tendió en la lona a descansar.
Cuando más tarde llegó Moon, el perro Sun se puso furioso y se empezaron a pelear. El perro le tiro de la cola al gato, el gato le mordió la oreja al perro y los dos muy enojados se fueron cada uno por su lado.
Moon se acurrucó debajo de un árbol en su bolsa de dormir y Sun se encerró en su carpa. Ninguno de los dos se quería hablar.
Lentamente fue anocheciendo y empezaron a sentir hambre, cada uno sacó su comida y cenó en silencio.
El campamento era tan aburrido…
Moon sacó su libro y quiso ponerse a leer, pero como ya era de noche no podía ver nada. ¡Se había olvidado de traer una linterna!
Al ver a Moon tratando de leer un libro en la oscuridad Sun le dijo:
- Yo traje una linterna, si quieres te la presto.-
Moon un poco malhumorado aceptó el ofrecimiento, pero cuando quiso sostener el libro y la linterna al mismo tiempo y luego ir pasando las hojas se dio cuenta que era muy difícil.
Entonces le dijo a Sun:
- ¿Por qué no te acercas y me iluminas el libro con tu linterna? Yo podría leer en voz alta así nos entretenemos los dos y el campamento no sería tan aburrido. -
Sun se acercó a Moon y juntos leyeron muchos cuentos muy entretenidos.
Finalmente el gato y el perro se hicieron muy amigos y decidieron no pelearse más y pasaron un campamento inolvidable.



Este texto ha sido ganador en el concurso de cuentos del Colegio ¨Orange School¨de Lomas del Mirador.
Provincia de Buenos Aires.

Idea original: Nadia Belén Barrasa
Asistentes de redacción: Papá y Mamá
Diseño: Nadia y Mamá
Ilustraciones : Pipi Sposito