miércoles, 6 de enero de 2010

Noche de Reyes




La noche de Reyes simboliza en el mundo, la llegada de tres hombres extranjeros, tres magos de Oriente, que guiados por una estrella deseaban ofrecer sus riquezas al niño Jesús recién nacido. Esto ocurrió hace mucho tiempo atrás y luego la tradición fue distorsionada hasta llegar al hábito de colocar, cada cinco de enero, un par de zapatos con la esperanza de que los reyes pasen por allí y dejen su ofrenda como aquella noche mágica en Belén.

Pero Luisito no tenía zapatos.
Para entonces, tampoco tenía techo.
Pero sí tenía seis años de vida viviendo en la calle.
Por esas cosas raras de la infancia, la tradición llegó a oídos de Luisito, aun casi sin tener infancia y teniendo sin embargo, la ilusión que convierte a todos los niños del universo en seres iguales, a pesar de las diferencias.
Es cierto, Luisito no tenía zapatos, pero tenía inocencia y tal vez, esperanza.
La noche del cinco de enero, colocó debajo del puente de la autopista, en donde vive, un poco de pasto de la rambla y un recipiente con el agua que usa para lavar los vidrios de los conductores del semáforo.
Se recostó sobre la lomada verde de la autopista y miró el cielo. No hacía frío, era verano en la ciudad y las estrellas se veían con una nitidez asombrosa. Las luces de los autos lo reflejaban recostado, libre. El aire diáfano, el mundo a sus pies.
Su mamá estaba cerca, debajo del puente recostando a su hermanito menor sobre un colchón húmedo y vacío, sin sábanas.

- Quiero estar acá, dejáme, quiero ver el cielo a ver si vienen - dijo Luisito con la mirada perdida en el azul noche más profundo.

Y se quedó dormido.

La magia escondió a la luna y así asomaron los primero rayos del sol.

Cuando Luisito abrió los ojos, apenas pudo creerlo.

Una bicicleta reluciente lo esperaba junto al recipiente vacío de agua. El pasto había desaparecido. Una nota escrita de puño y letra en papel blanco estaba atada al manubrio de la bici.
Luisito no sabía leer, pero su mamá sí.

¨Gracias por ofrecernos agua y alimento, está bicicleta es para que puedas ir todos los días al comedor ¨Locos bajitos¨ de acá nomás, cerca del puente.¨


A Luisito se le dibujó una sonrisa amplia en la cara. Los ojos le brillaron con la misma intensidad de la luz. Jamás había soñado con una bici. Jamás había soñado siquiera, hasta la noche de Reyes.
Su mamá, lloró al terminar de leer la nota.

Los Reyes existen pensó Luisito, y viven acá a la vuelta, cerca del cielo.





A todos los niños del mundo
para que nunca pierdan las esperanzas
y nunca dejen de soñar...
Feliz Noche de Reyes


Les desea
Coni Salgado
La luna naranja





6 comentarios:

Natalia dijo...

Ay coni es maravilloso leerte!!! Cuánta sensibilidad qué trasmitis. El párrafo fina: emocionante.
beso

kity dijo...

hola Coni, es muy lindo y emocionante lo ke enviaste, gracias por tu atención.

LONG-OHNI dijo...

Mi querida Coni, es un cuento realmente...¡mágico! No importa siquiera la intriga de quién ha sido el o la que llevó ESA bici porque esto, en todo caso, sería lo de menos. Lo de más, es la magia que toda inocencia y esperanza permiten. Todos los niños, por ser niños, son Jesús y se merecen la visita de los Magor, ¿o qué?
Gracias por este cuento hermoso que hace poner más y más naranja a La Luna Naranja, porque de esta forma su brillo ha de alcanzar a todos.
con mi abrazo pleno de ternura
long

Coni Salgado dijo...

Gracias Nati, Kity y Long por los mensajitos!
Gracias por estar cerquita de La luna!!!
muchos besitos!
Coni

Susy dijo...

Me ha emocionado el cuento.....gracias por un momento mágico....

Un beso a todos los niños del mundo....

Soy de España, pero imagino que podré regalar libros desde aquí, ahora entraré en la página para informarme....me alegro muchísimo de haber encontrado este precioso lugar.

Un saludo

Vani dijo...

Coni este cuento es maravilloso, lleno de magia y emoción... será por mi trabajo que lo sentí tan cerquita de mi alma??? cuántos sentimientos que transmitis a través de él... Gracias por compartir algo tan bello!! sentía que era una niñita cuando lo leia... sentía la ilusión que sentí siempre los días de Reyes... aún pongo mis zapas debajo del árbol...jajjjja que los Reyes nos traigan dones maravillosos para todos los argentinos... besotes y abrazos!!